lunes, 3 de noviembre de 2008

En Annie Hall, me adentro en el mundo de Alvyn Singer, un comediante de clubes nocturnos que acaba de romper con su última pareja, Annie Hall y empieza a reconsiderar su vida personal, y se obsesiona con sus inseguridades. Es una visión intelectualista y depresiva sobre las relaciones de pareja, con una historia de dos extraños amantes. Ahora bien, lo que quiere transmitir en esta película es la realidad misma, sin más ni menos. Lo poco racionales que somos los seres humanos en los asuntos sentimentales, y que aún así necesitamos de ellos sin saber explicar exactamente el porqué. Se expone de una manera tan genial el enfoque surrealista de mirarse a uno mismo desde un punto de vista externo, los flashbacks, los monólogos mirando la cámara y la incorporación de animación en una secuencia. De veras, el chiquito de Woody Allen es uno de los mayores genios que el cine ha dado. Tiene este estilo tan particular, tan genial y ese humor tan propio de él. Su forma de hacer las películas me encanta. En fin, Annie Hall es una obra maestra y se los recomiendo.

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