Al fin! Ya desde la mañana del jueves estaba demasiado ansioso por una película, ¿pueden creerlo? Y verla con unos amigos iba a ser a las cinco de la tarde, hora para mi parecía lejana, si fuera por mi, iba solito apenas al mediodía pero ya está, tuve un poco de paciencia y a las cinco pudimos verla todo juntos. La verdad, la película es un viaje sin freno o un tren bala según la critica de Clarín, en donde pasé las dos horas y minutos con ganas de más, de algo estoy muy seguro, estoy ante la mejor adaptación de un comic al cine jamás realizado. Se los puedo asegurar. Créanme. Con el policial negro y la acción le agregan un género más, el thriller, ven a Batman, un antihéroe duro, potente que siempre coquetea con la venganza. Uh, Heath Ledger, ¿que puedo decir acerca de este actor? Es monumental e histórica su actuación, es la mejor de su corta carrera, en serio lo digo. Interpretando al Guasón, un payaso psicópata, asesino en masa, esquizofrénico con cero empatía, le da su propio carácter y su propio sufrimiento. No saben como el actor aprovechó este personaje para hundirse y hundirse con él a toda la película en un abismo al que habitualmente no se asoman las grandes superproducciones. Perdonen por destacar primero a Heath Ledger, es que es IMPRESIONANTE. Cristian Bale, mírenlo, siempre en función de sus roles, perfecto como siempre, ha logrado una actuación muy completa y seguro que ahora nadie volverá a imaginarse otro Batman que no tenga su rostro. Aaron Eckhart, otro actor que me sorprendió, está espectacular en su papel de Harvey Dent, el fiscal de Gotham, hace que nos emocione su personaje. Gary Oldman, que interpreta a Jim Gordon, todavía más logrado que el Gordon de Batman Begins. Los giros argumentales y las situaciones poseen una originalidad increíble y cada una de las tomas son espectaculares. En fin, es una película que juega con los límites de los personajes, una competencia enfermiza de quien llega más lejos y cuales son los resultados, es sobre dejarse llevar o frenarse, sobre vivir y dejar morir. Es la tentación de dejarse dominar por el caos.