miércoles, 10 de febrero de 2010

El secreto de sus ojos

La historia nos presenta a Benjamín, un secretario de juzgado que se obsesiona con un caso de violación seguido de homicidio de una maestra de veintitrés años. Luego de veinte años Benjamín sigue pensando en el caso y en sus detalles porque ha quedado impune el asesino. Junto al esposo de la víctima, a su compañera de trabajo que viene a ser su amor imposible también y a su mejor amigo tratarán de hacer justicia a pesar de todos los obstáculos que se les presentarán. Es una cinta que combina suspenso con otros fragmentos más descomprimidos donde se combina humor sin perder de vista que la trama central de la historia está sellado por los amores que obsesionan, que paralizan, que enferman, que perturban por la intensidad en que son vividos. Gran elenco, sólidas actuaciones donde se destaca obviamente Ricardo Darín como alma mater que alimenta la calidad del filme con sus dotes actorales. Bien por Guillermo Francella que aporta la parte jocosa de la cinta, mientras que el resto del elenco acompaña bien para consolidar a este producto como una oferta repleta de intriga, de hilaridad y de pasión sentimental. con un saludable e intenso ritmo narrativo que engancha de principio a fin, desde la maravillosa fotografía, desde el maquillaje que debe agregar o quitar años al aspecto físico de los personajes según sea el caso, y desde algunas secuencias que permanecen en la retina del espectador (la de la cancha de Huracán es una de las secuencias más logradas que me tocara visionar hasta la fecha para una cinta argentina). No sólo es un policial, no sólo es cine negro, no sólo es un cine de romance y amores encendidos, no sólo tiene partes de comedia, no sólo es cine social con tintes políticos e históricos. Es todo ello junto, pero no como una suma de méritos individuales sino que es una conjunción de aciertos que encajan a la perfección dentro de un producto fílmico sólido que atrapa, que emociona, que hace pensar, que causa misterio, que indigna, que hace reír, que sorprende por su calidad técnica, que sobresalta con su giro sorpresa del final. En fin, que nos regala dos horas de buen cine que supera la media de calidad esperable para una cinta argentina.

Bien Campanella.

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