martes, 1 de diciembre de 2009

Mozart and the whale

Historia de amor sobre una pareja que sufre una forma de autismo cuyas disfunciones emocionales amenzarán con sabotear su romance. Donald es un joven taxista, obsesionado con los pájaros y con una impresionante facilidad para los cálculos numéricos. Sufre el Síndrome de Asperger, y su vida se rige por estrictos patrones y rutinas. En sus ratos libres lidera un grupo de personas que sufren diferentes grados de este peculiar autismo. La llegada de la bella y compleja Isabel al grupo dará un vuelco en su vida, y a su corazón.

Tiene toques de drama y de comedia, pero también derrama romanticismo y sin llegar a aburrir. Aún así no es romanticismo normal, divierte, entretiene, podría incluso arrancar más de una lágrima, pero también más de una carcajada. Lejos de ser una situación triste y deprimente, es una muestra de la superación y la convivencia con una enfermedad como el autismo, que según muestra la película que está inspirada en hechos reales, no tiene por que ser antónimo de felicidad. Te hace pensar por qué a veces nos complicamos tanto la vida con dobles sentidos, lecturas entre líneas y ese tipo de cosas que a cualquiera puede llevar a una grave confusión. En lugar de compadecer a los personajes acabas por envidiarlos en muchos momentos. Parece mentira que a estas alturas una historia de amor sorprenda y conmueva tanto como esta. Y lo mejor, todo en su justa medida, ni tampoco demasiado conmovedora. En fin, una de película de cómo el amor deja de lado las imperfecciones de cada uno.

posdata: se los re co mi en do.

No hay comentarios: