Old Joy es la historia de dos viejos amigos que procuran conservar un vínculo que está condenado a desaparecer. Uno de ellos lleva una vida tranquila y acomodada con su pareja, una casa, a punto de tener un hijo, relacionándose con sus vecinos, y no impide restarle importancia frente a su amigo, como si hubiese traicionado viejos principios que ambos habían establecido juntos en otro tiempo. Del mismo modo, adopta la faceta opuesta frente a su pareja, dándole a entender que apenas existe vínculo ya con su amigo y que en absoluto añora nada fuera de su vida en familia. El otro tan sólo aspira a aparcar la soledad y la miseria en la que está sumido por un par de días. Como si la vuelta a otros tiempos junto a su mejor amigo fuese la única forma que le queda de seguir adelante. La elegancia de esta película reside en lo interior que llega este planteamiento tan sencillo a pesar de que sus diálogos están muy medidos y en ningún momento abordan el tema. Éste se aborda a través de los silencios, de las miradas, los roces, el compartir la agradable sensación de un baño caliente uno al lado del otro, siendo una perra y el que visiona la película los únicos confidentes. Ambos se encuentran en tiempo muerto, una pausa en sus vidas, pues dentro de ellas y de la ciudad ya no pueden hacerlo. Tan magnífica, con una fantástica fotografía fija que hace agradables los tiempos muertos.
lunes, 10 de agosto de 2009
Old Joy es la historia de dos viejos amigos que procuran conservar un vínculo que está condenado a desaparecer. Uno de ellos lleva una vida tranquila y acomodada con su pareja, una casa, a punto de tener un hijo, relacionándose con sus vecinos, y no impide restarle importancia frente a su amigo, como si hubiese traicionado viejos principios que ambos habían establecido juntos en otro tiempo. Del mismo modo, adopta la faceta opuesta frente a su pareja, dándole a entender que apenas existe vínculo ya con su amigo y que en absoluto añora nada fuera de su vida en familia. El otro tan sólo aspira a aparcar la soledad y la miseria en la que está sumido por un par de días. Como si la vuelta a otros tiempos junto a su mejor amigo fuese la única forma que le queda de seguir adelante. La elegancia de esta película reside en lo interior que llega este planteamiento tan sencillo a pesar de que sus diálogos están muy medidos y en ningún momento abordan el tema. Éste se aborda a través de los silencios, de las miradas, los roces, el compartir la agradable sensación de un baño caliente uno al lado del otro, siendo una perra y el que visiona la película los únicos confidentes. Ambos se encuentran en tiempo muerto, una pausa en sus vidas, pues dentro de ellas y de la ciudad ya no pueden hacerlo. Tan magnífica, con una fantástica fotografía fija que hace agradables los tiempos muertos.
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