jueves, 16 de abril de 2009

Frozen River, ambientada en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, cuenta la difícil vida de su protagonista Ray Eddy, que es una mujer desolada a la su marido acaba de desaparecer con todo el dinero, debido a su adicción al juego. Hasta el cuello de deudas y a punto de que le embarguen la casa, la desesperación para mejorar la situación hace que conozca a una joven mohawk, ha sido despojada de su bebé, por dedicarse a pasar inmigrantes asiáticos desde Canadá a Estados Unidos atravesando un río congelado. Juntas se asociarán en la peligrosa tarea de cruzar la frontera en coche para ganarse unos dólares y empezarán a establecerse un extraño vínculo entre las dos. La película muestra un conocimiento del dolor y del esfuerzo para salir adelante de las peores condiciones. La solución que encuentran esos personajes es atender a lo que les une y no a lo que les separa. Un buen cine independiente que vuelve a demostrar que no siempre es necesario invertir cifras grandes en ella.

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