domingo, 30 de mayo de 2010

La pianiste continúa el deseo de su creativo e interesante director, Michael Haneke, por sumergirse en las oscuridades secretas del ser humano en el mundo contemporáneo. No he leído la novela de Elfriede Jelinek en la que se basa esta película, cuenta la historia de una bella profesora de piano dominada por sus propias patologías. Correcta y estricta de cara a el exterior, oculta un lado perturbado que hacen de ella un verdadero monstruo. Isabelle Huppert da vida de forma magistral a un personaje inolvidable. La profesora parece tenerlo todo bajo control hasta que uno de sus alumnos se cruza en su camino, es entonces cuando su verdadera personalidad sale, dando paso a una relación destructiva que camina hacia la autodestrucción, hacia la degeneración interna. Y es que Haneke es sobre todo un director profundamente humanista, que consigue a través de la incomodidad crear algo más que una película, provoca y consigue crear una opinión propia en el espectador sobre su cine, y una reflexión profunda en las personas que amamos a las personas.

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