miércoles, 10 de marzo de 2010

Un prophete

Jacques Audiard,el director de la pelicula, presenta el relato de un joven árabe criminal que ingresa por primera vez en una prisión para adultos, tras haber pasado por varios correccionales para cumplir una condena de seis años. Recién llegado le encomiendan la tarea de matar a un posible soplón árabe. A partir de este momento, esta persona se relaciona muy fuertemente con la banda de corsos, y más concretamente con el jefe de los árabes, y del que copia y aprende el “negocio” para poco a poco acabar convirtiéndose en un delincuente respetado tanto dentro de la cárcel como más allá de sus celdas. La historia demuestra que es una constante en la realidad, el hecho de que gente con pocos estudios, que roben desde jóvenes, pueden acabar convirtiéndose en capos de la mafia. Algunos además, aprenden en las prisiones, demostrando en este sentido, una gran crítica social en la película, pues no sólo ataca contra los corruptos guardias, sino contra los propios delincuentes que ante una posible reinserción, buscan el camino rápido y fácil de la delincuencia, así como contra el propio sistema carcelario y judicial en general, que está más preocupado de lucrarse y del castigo punitorio, que de intentar hacer de los presos personas útiles para una sociedad que generalmente les rechaza, incluso antes de ser presidiarios. Se los recomiendo.

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