lunes, 22 de febrero de 2010

C.R.A.Z.Y.

A pesar de que la acción se centra en los problemas de identidad y auto aceptación de un muchacho, Zac, que ve como su estricta educación católica le marca a la hora de reafirmarse o no en su tendencia homosexual, y de que éste es el hilo conductor de la película, en ningún momento el director se limita a planteárnosla exclusivamente como una reivindicación gay, sino que más bien se sitúa como único observador de la realidad que le rodea, plasmando también su atención en todos los sucesos que el núcleo familiar va experimentando a lo largo de los años, y esto es precisamente lo que considero que más enriquece a la película y lo convierte en algo sensacional, porque todos los personajes están fabricados con mecánica de precisión. En definitiva, una película que crece, como los personajes, cuanto más avanza, y que trata con sinceridad el tema del enfrentamiento de los viejos y los modernos valores. La historia de Zac, la del adolescente perdido en el mundo, ha sido en algún momento la de cualquiera de nosotros. Visiónenla, que vale la pena.

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