miércoles, 11 de noviembre de 2009

Rancho Aparte

Desde Nogolí, pueblo del interior, Tulio y Susana acaban de ser empujados del rancho en el que vivían, rodeados de gallinas y chivos. Ambos reducidos a una forma de vida primitiva y grotesca a fuerza de frutas y salamines. Llegan a una Buenos Aires desconocida, y sin pensarlo dos veces, van al departamento de Clara, hermana de Tulio, quien por lo visto se olvidó de los que se quedaron. Ellos, con su vida casi salvaje, despiertan angustia en cualquiera que no esté amoldado a sus costumbres y algo de piedad por su extrema pobreza. En este encuentro forzado entre dos mundos, que alguna vez fue uno solo, cada uno tendrá que decir. Clara tratará de asimilar esta realidad, manejando su hipocresía. Tulio y Susana son incapaces de comprender sus limitaciones, el hecho de que sólo puedan ser aceptados por aquellos que les tienen lástima. El director hace que me sumerja al universo provinciano del que surgen estos personajes y recorrer las habitaciones del viejo departamento donde tiene lugar la película. Juega a abrir puertas y a transmitirlas para meterme en los mundos de los personajes. Me atrevo a decir que es exquisita la película argentina, exquisita.

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