martes, 18 de agosto de 2009

Stop Making Sense, concierto-documental de los Talking Heads, tiene la cualidad de atraparme desde el principio gracias a una soberbia introducción/interpretación del clásico Psycho Killer y de no soltarte hasta el clímax final, ese en el que el público ya ha abandonado sus asientos y está bailando cada una de las piezas del grupo. Del concierto, me quedo con la alucinante energía que brota de la voz de David Byrne, un cantante al borde del colapso que en esta película alcanzó su cumbre, tanto a nivel vocal como visual (sus bailes, carreras, coreografías y miradas son tremendos ejemplos de una puesta en escena ejemplar). Con todo, la realización de Johnatan Demme es perfecta y ayuda a disfrutar aún más de este cancionero irrepetible, respetando la música del grupo como nadie lo ha hecho nunca y dando el protagonismo siempre al artista, no a los encuadres. Una delicia, una delicia.

No hay comentarios: