miércoles, 20 de mayo de 2009

Woody Allen me introduce a Manhattan, película rodada en blanco y negro y con una espléndida fotografía, que deja traslucir el amor que siente Allen por su ciudad. Con un argumento al intelectualismo y al psicoanálisis, es una película que ironiza sobre las relaciones de pareja en un mundo demasiado materialista. Hace una crítica a aquellos que se creen intelectuales, más maduros y más racionales que nadie, sin embargo los desnuda con lo que nunca quisieron ser, con dudas, irracionalidad, inmadurez e infantilismo hasta dejarlos sin nada. Película recomendable.

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