The Wrestler muestra el infierno de decadencia en el que vive Randy “The Ram”, una estrella del wrestling de la década de los ochenta en decadencia y se limita a simular peleas en un cuadrilátero dejándose la piel en él. Randy quiere seguir viviendo sus viejos tiempos de gloria, tiempos en los que él aparecía en videojuegos de wrestling de la Nintendo, pero la realidad es que ya no es un joven exitoso y las cosas han cambiado, se siente sobrepasado por el presente y con miedo ante un futuro en soledad en el que ya no le quedará nada, ni siquiera la lucha. Y Rourke... qué decir de Rourke. Su actuación es sobrecogedora, portentosa, te está hablando desde el fondo de su alma, no se me ocurre un actor más indicado para interpretar a este personaje. Ante frases como "soy un pedazo de carne vieja y estoy solo, y me merezco estar solo", “¿Por qué vuelvo? Pues porque donde de verdad me hago daño es ahí afuera”, uno sólo puede tratar de calmar su respiración mientras se le humedecen los ojos y el corazón ante la crudeza y el realismo del relato, y aplaudir, aplaudir. De veras una maravilla historia con una metáfora sobre la vida.