jueves, 3 de julio de 2008

Youth Without Youth es la historia de un anciano profesor rumano que en 1938 lleva toda su vida estudiando algo tan importante como el origen de las lenguas habladas sin haber podido concluir su estudio. Le cae un rayo pero en vez de morir, rejuvenece y se le desarrollan poderes extraordinarios y un doble de su personalidad que le ayudan a continuar con su estudio. A todo esto, los nazis se interesan por lo que parece un salto evolutivo en la especie humana, y el profesor huye a Suiza donde conoce a una chica a la que también le cae un rayo, de la que se enamora (y que parece ser la reencarnación de su antiguo amor), y a partir de entonces huye con ella a una isla europea para avanzar en su estudio, esta vez con la ayuda de la chica que cada noche es poseída por espíritus que hablan lenguas cada vez más antiguas... y no cuento más porque creo que con esto ustedes pueden darse una idea. Para mí, es un argumento demasiado extraño en una historia clásica, plantea que la vida está determinada por el tiempo que debe destinarse hacia lo que realmente se quiere, hacia las elecciones que uno elige. Matei, el protagonista, pierde a su amada Laura y lo que se ve en la película es toda una historia irreal o soñada; es la imaginación, es un hundimiento en los recuerdos, en la soledad y en la felicidad donde el subconsciente en el que se puede volver a la juventud aún sin tenerla. Vuelvo a decir que todo eso es la narración de la miseria de un hombre que nunca encuentra la felicidad. Y bueno, lo único que me queda es recomendarles esa película original y atractiva con un Tim Roth sobresaliente.

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