miércoles, 4 de junio de 2008

Siempre he dicho que las mejores películas de terror son las que dan más miedo después de verlas no mientras se ven. Funny Games cumple eso, les diré que son dos jóvenes que secuestran a una familia burguesa y acomodada en su propio hogar y se dedican a torturarlos por diversión, todo esto es tan fuerte como vulgar y cruel. Estos juegos divertidos son los que se practican con el que ve la película, que está al mismo tiempo invitado a jugar, tal y como dice el protagonista mirando a cámara. Porque en realidad esos dos psicópatas pertenecen a nuestro mundo. Son como dos figuras no humanas, genios malignos, anormales. Son un instrumento del autor, ellos se declaran seres de ficción al hablarle a la cámara, hace que imagine acerca de una violencia que nos produce rechazo pero no somos capaces de parar. Ahí es donde se demuestra lo genio que es Haneke al retratar la normalidad con la que se ha llegado al uso de la violencia hoy día. La vemos continuamente en la televisión, queremos evitarla y no somos capaces de ejercerla cuando la necesitamos. Es un laboratorio en el que Haneke explora la raíz del verdadero terror psicológico, los instintos más primarios y a la par más irracionales, la entidad amoral, las clases sociales y las clases mentales; la impotencia, la desgracia y la desdicha; la humillación y la injusticia. Siempre en silencio, siempre al acecho y sin concesiones. Así es Haneke, así es Funny Games.Y es una película muy dura, macabramente divertida y fantásticamente cruel. A unos les dejará indiferentes, a otros horrorizados, otros no la terminarán de ver y pensarán en ella durante días.

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